Arriba

Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. - Colosenses 3:1-4

Colosenses es un libro tan poderoso, lleno de realidades que son imposibles de creer si no estuvieran escritas en la Biblia. Realidades tan radicalmente diferentes a lo que nos cuenta el mundo, contrariando la creencia a todo lo que sabemos, que nos exige tener una mentalidad y una postura del corazón diferente para captarlas. Colosenses revela la verdad de nuestra existencia, en una frase crítica: “Cristo es nuestra vida”, una verdad tan inalcanzable de comprender para la mente y el corazón, que requerirá que nos posicionemos en una perspectiva diferente, arriba.

Arriba es donde Cristo está sentado en este momento, a la diestra del Padre, mirando desde la perspectiva del Cielo. Él conoce no sólo lo que está frente a nosotros, sino la profundidad misma de nuestro pasado y desvíos. Él lo ve todo. Ahora, ¿dónde estamos? Nuestras vidas ahora están escondidas en Cristo: “Y Dios nos resucitó con Cristo y nos hizo sentar con él en los lugares celestiales en Cristo Jesús” (Efesios 2:6). Has leído bien; ¡ahora estamos sentados con Él en los lugares celestiales! Esta es la realidad de nuestro espíritu; aunque nuestras almas y carne vivan en la tierra, nuestro espíritu (quienes verdaderamente somos) está ahora mismo en un lugar arriba.
Arriba también significa más alto que todo lo que experimentamos en este mundo. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las cosas de la tierra: “No os conforméis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente” (Rom. 12:2). El problema con nuestras mentes no es solo que sean finitas; están caídas. Nuestras mentes no pueden comprender la grandeza de Dios, ¡pero nuestro espíritu sí! Es por eso que nuestras mentes deben ser renovadas en la Palabra de Dios, para que puedan alinearse con la voluntad del Cielo. Poner nuestras mentes y corazones en las cosas de arriba nos libera del engaño y el poder de las pasiones mundanas y nos empodera para experimentar la verdad. 

Arriba es donde pertenecemos. La vida de Jesús no es sólo una historia escrita en los Evangelios, es también la vida de aquellos que han elegido Su justicia. Entonces, debemos posicionarnos en el lugar que nos corresponde, para comprender quiénes somos realmente: la autoridad, el poder y el honor que albergamos, ya que nuestras vidas están escondidas en Cristo.
Hay tantos cristianos derrotados, que están pasando solos por todas las adversidades de este mundo, porque les falta la comprensión de su identidad.

Arriba debe ser la postura de nuestros corazones. “Ya no andéis como los gentiles… alejados de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón” (Efesios 4:17-18). Más allá de la mente existe la raíz más profunda del ser humano, el corazón, capaz de contagiar todo lo demás.

Que nuestros corazones se sometan a la supremacía de Dios y oren honestamente, “así como en el cielo en la tierra”, para que podamos experimentar la vida de arriba, aquí.

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