Encuentro con la Luz

Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. – 1 Timoteo 1:15-16

La historia de la conversión de Saulo no solo es uno de los mayores testimonios de gracia registrados en la Biblia, sino también un modelo para nosotros. Según Hechos 8 y 9, Saulo estaba persiguiendo sin piedad a la iglesia de Dios, entrando en las casas de los creyentes para arrestar a hombres y mujeres y arrastrarlos a la cárcel, porque la idea de la salvación por medio de la fe era inconcebible. amenazas contra los discípulos del Señor y se acercaba a Damasco con la misión de arrestar a los seguidores del Camino para llevarlos encadenados a Jerusalén. – ¡Pero Dios tenía un plan diferente! “Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos”. (Proverbios 16:9) 

Mientras se acercaba a Damasco en esta misión, una luz del cielo de repente brilló a su alrededor. Cayó al suelo y escuchó una voz que le decía: “¡Saulo! ¡Saulo! ¿Por qué me persigues?
“¿Quién eres, señor?” preguntó Saúl.
Y la voz respondió: “¡Yo soy Jesús, a quien tú persigues! Ahora levántate y ve a la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.” (Hechos 9:3-6)
¡Saulo conoció a Jesús! Habrías pensado que el mayor de los castigos le esperaba al “peor pecador de todos”, sin embargo, la luz de la gloria de Jesús lo recibió. 

La luz hace muchas cosas cuando interactúa con las cosas, pero lo más importante es que siempre revela qué es. La transformación de Saulo comienza con la revelación de quién es Jesús. Aquel a quien ha perseguido siempre lo ha estado persiguiendo con amor. ¿Te imaginas los pensamientos de Pablo en este momento? Toda su vida ha estado dedicada a perfeccionar la ley para agradar a Dios. Ahora se da cuenta de que no estaba sirviendo a Dios, como había pensado, ¡en realidad se estaba oponiendo a Él!
Esta luz del cielo brilló tanto que dejó a Pablo ciego por tres días, es decir, hasta que Ananías le impuso las manos (Hechos 9:17) y oró. Dios lo cegó y también se lo quitó, dejándolo ver la oscuridad espiritual en la que vivía.

Fue en ese encuentro que Pablo encontró no solo la verdad acerca de quién era Jesús, sino también el propósito que tenía: “Él es un instrumento escogido por mí para llevar mi nombre ante los gentiles”. (Hechos 9:15) – La revelación siempre empodera.
Hoy, recordamos al Apóstol Pablo no por perseguir a los cristianos, sino por predicar con denuedo el mensaje que trae luz a las tinieblas. La conversión radical de Pablo, el menos probable de convertirse, es un modelo para nosotros: fue por nosotros que Jesús lo hizo de la manera en que lo hizo.

Pablo fue apartado para Dios, y tú también.

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